En el barrio judío de Budapest hay barios "Ruin Bar" o "bares en ruinas", locales que el ayuntamiento ha puesto gratuitamente a disposición de grupos de jóvenes que han instalado bares decorados con muebles y objetos de desecho y que procuran mantener aseados. En algunos se puede tomar algo para picar (puede visitarse la cocina que alguno tiene), pero son más recomendables por la noche porque suele haber buena música actual y copas variadas. Ambiente ecléctico, pero en general, joven

Instalado en un monumental edificio de ladrillo y distribuido en tres plantas se encuentra este bello mercado, joya y orgullo húngaro. Los puestos elegantes, coloridos donde junto a las frutas y verduras, se encuentran, los famosos embutidos derivados de los reconocidos cerdos. También jamones. El pimiento, paprica es muy común. También un pequeño museo de los reputados vinos con la uva tokay. En la planta subterránea, los pescados de todo tipo. Nada huele y la limpieza es impresionante. En la planta superior mercadillos de baratijas, recuerdos y pequeños puestos. Es una atracción más de esta bella ciudad del Danubio.

Nos juntamos a las 10:00 de la mañana en el Mercado de Budapest y ahí comenzamos un circuito entretenido, lleno de los sabores, aromas y colores de los productos y preparaciones hungaras: un shot de Unique, lángos, fiambres, encurtidos, carnes, chocolates, pasteles y una muy representativa degustación de vinos (incluido el tokaji). Cada degustación forma parte de un relato dinámico que la guía llevó adelante con carisma y verdadero afecto por lo que nos mostró. Sin duda, una forma encantadora de darle una probada a Budapest.