El museo habla de la vida diaria de las monjas dominicas de Santa Catalina: sus prácticas espirituales, sus conocimientos y oficios, la formación de las novicias, los quehaceres cotidianos. Entre las piezas que forman la colección se destacan extraordinarias obras de pintura, escultura y artes decorativas de las épocas virreinal y republicana, además de exquisitos ejemplos de vestimentas litúrgicas bordadas por las monjas y obras de arte religioso popular. Goza de especial fama la serie de pinturas murales de inicios del siglo XIX que adorna la Sala Capitular. El monasterio fue construido a inicios del siglo XVII en el lugar del antiguo edificio de Akllawasi de los incas, “casa de mujeres escogidas”. Algunos de los restos de los muros prehispánicos se ven hoy en día en la parte exterior del monasterio.