Hicimos la visita con Rebeca y nos gustó mucho. Claro, el edificio de por sí deja con la boca abierta, pero hay que verlo con guía sí o sí. Rebeca nos fue explicando la arquitectura y la evolución y transformaciones que fue sufriendo la mezquita-catedral hasta lo que es hoy en día. Se nota que lo contaba con gusto, muy pendiente todo el rato del grupo, así que nosotros también la disfrutamos. La visita se hace con auriculares que proporciona la guía (ya incluidos en el precio) así que te metes de lleno en la explicación sin molestias.
Como sugerencia, recomiendo hacer la visita por la mañana, aunque seguramente habrá más gente. Nosotras la hicimos a las 17 horas, y como cierra a las 19 horas nos quedamos con ganas de ver las capillas. Pero ya es si quieres mirar todo en detalle, porque tras la visita aún nos quedaron 15 minutos para fotos.