Enero de 2024. Mi mujer y yo nos escapamos a pasar un largo fin de semana a Málaga. Nos encanta viajar, los museos, el Arte, la gastronomía, las antigüedades... Estuvimos 3 noches en la ciudad en que pudimos visitar varios de los museos de Málaga. Verlos todos requeriría de más días. Finalmente y para el último día, decidimos acercarnos al "Museo del vidrio y cristal de Málaga". Como bien dicen otros visitantes en las reseñas, este museo está un poco apartado del bullicio del centro, pero se puede llegar sin dificultad paseando tranquilamente y percibiendo como la arquitectura se va modulando.
Nada más llegar y acceder al edificio, presientes que puede estar bien, pero una vez en el interior, te das cuenta de tu prejuicio y error: está más que bien, entras en otra dimensión, en otro tiempo y si tienes la enorme suerte de que te lo explique su director y dueño: Gonzalo, entonces ya no hay palabras, no hay parangón, tienes el mejor anfitrión.
El museo cuenta con dos plantas de exposición y creo que estuvimos unas 3 horas que se pasaron en un suspiro. El edificio está restaurado con gusto y cariño. también obra de la mano y el buen gusto de Gonzalo. Al margen del vidrio o el cristal, hay expuestas infinidad de cosas para ver y admirar: muebles, cuadros, lámparas, relojes... y de cada una de ellas, Gonzalo arroja luz y anécdotas que te impactan y conmueven. Sientes como poco a poco su pasión y Amor por cada pequeña pieza, por cada rincón de su Museo, te va calando y empapando.
Sin duda, de esta escapada a Málaga de 4 días, ésta experiencia o descubrimiento ha sido lo mejor. Y eso que hemos tenido muy buenos momentos y experiencias. Alguien podrá pensar que exagero, está en su derecho, como nosotros en el de decirlo, pero si después de visitar un museo, leer un libro, ver una película o degustar un plato, te quedas con ganas de más, con ganas de investigar y conocer y saber más, convendréis con nosotros que algo bueno habéis experimentado, que algo bueno tenía el museo, o mejor dicho el tanden Gonzalo-Museo. Nosotros salimos conmocionados y con muchas ganas de saber más sobre el vidrio y el cristal y de hecho ya estamos buscando e investigando. La función de un museo no se debe circunscribir sólo a la de mostrar, te debe agarrar, conmover y despertar. Y éste, lo ha hecho.
¡¡¡No os lo podéis perder!!!