Adquiero billete para bus para 100 minutos, autobús totalmente lleno, imposible moverse. En diez minutos tenía un señor uniformado diciendo que tenía que haber pasado el billete por una máquina al entrar. Multa era la palabra más repetida. Nos pregunta de dónde somos, España...DNI responde en perfecto castellano, no era la primera vez que cazaba a un español. En fin que nos bajan antes de tiempo a mi familia y a otra que estaba justo al lado en la misma situación sin pedir el billete al resto de pasajeros, ya tenían cubierto el cupo de caza.
Nos dice que la multa ( palabra más repetida) son 104 euros por cabeza, 52 si pagas al momento, cosa que lógicamente tuvimos que hacer.
Si yo encuentro una máquina para validar el billete en la parada, o si me indican desde fuera por qué puerta tengo que entrar para encontrarme con la dichosa maquina, obviamente lo hubiera hecho.
En definitiva, te lo ponen difícil para que te equivoques y luego van a por ti.
Es una lastima que una ciudad tan bonita como Roma tenga un transporte público de esta calaña.
Cosas como estas harán que a la hora de elegir destino de vacaciones no vuelva a decantarme por Roma.
Una vergüenza y un atraco, por no hablar de que te amargan el día.