Fui a la Ciudad Blanca hace mas de 40 años, siendo universitario, y regresé este mes de junio de 2022 sin grandes expectativas y casi, por obligación, por acompañar a mi pareja que quería conocerla. Grande fue mi sorpresa de reencontrarme con una ciudad hermosa, bien cuidada, segura, limpia y amable. Que tesoro tiene el Peru en Arequipa, y aún no explotado del todo, con mucho potencial turístico. Su gran plaza, la imponente catedral y los señoriales portales hacen un deleite a la vista, con el volcán Misti de fondo. El Monasterio de Santa Catalina tan grande y misterioso, y las calles de la ciudad llenas de edificios blancos, de soberbias fachadas. No puedo dejar de mencionar la exquisita gastronomía arequipeña, llena de sabores y colores. Muy interesante también el Mercado de San Camilo, que exhibe todos los productos que da la tierra, con multicolores escaparates de frutas y verduras. Solo hay un misterio que no pude resolver: ¡como puede haber una ciudad tan limpia y no vi ni un solo basurero en las calles! Cómo lo hacen? Felicitaciones a las autoridades de Arequipa y a la comunidad por mantener tan bien este patrimonio cultural.