Estuvimos dos noches durmiendo en el hostel, en la primera sabíamos que había una fiesta, pero nos dijeron que no duraría más de las 3 de la mañana. La fiesta duró hasta las 6 de la mañana con dos personas pasadas de vuelta. La noche del sábado a las 00:30 estaba el hostel en silencio, hasta que dos horas más tarde, a Tito se le ocurrió que podría montar otra rave en el hostel, ya que no tiene muy clara la diferencia entre hostel y bar. Fuimos a decirle que no era normal, que aquello es un hostel y que no se podía dormir, a lo que respondió como si fuese nuestro amigo, que había puesto el altavoz pequeño (menos mal), y que aquello SI es un bar (señalando las dos botellas que tienen). Se terminó poniendo muy desagradable y nos tuvimos que comer la Rave de nuevo.
Encantada con la atención que recibimos, linda su gente, uno de los pocos lugares donde uno se puede sentir tan bien y seguro... Ademas de las buenas recomendaciones que recibimos de parte del propietario #Tito para conocer el lugar y sus alrededores... Recomendadisimo, sé que volveremos...
Recomiendo la facha para cualquier persona que desee relajarse y disfrutar de mompiche a metros de la playa, para comer buena comida por las noches en la terraza. La atención es excelente y todo el personal es muy amable y dispuesto a ayudar con todo. Otro punto a favor es que se puede pagar con tarjetas el alojamiento y en el restaurante, ya que en el pueblo no hay cajeros ni otros lugar que reciban tarjetas.
Gente que atiende muy buena onda, la comida es simple pero excelente y buenos precios. La calidad de servicio y atención es muy buena y podes alquilar tablas de surf ahí mismo. 🙃🙃🙃🙃 🏄♂️ Se los recomiendo.
Pésima relación calidad-precio, pésimo servicio y pésima actitud del dueño/chef. Demoraron mas de 45 minutos en servirnos lo que pedimos y un plato llego incluso 15 minutos después, una hamburguesa de quinoa quemada! Una ensalada caprese que costaba 5 dolares era un plato minúsculo un tomate picado y trozos de queso mozzarella barato. Unos camarones a la plancha, los mas pequeños que he visto en mi vida en Ecuador. Y finalmente, un spaghetti al alfredo casi sin salsa y con una porción nada proporcional al precio. Para completar la pésima experiencia, cuando le expresamos al dueño/chef nuestra disconformidad, se puso inmediatamente a la defensiva y reaccionó de muy mala manera. Mientras discutía con nosotros se le quemó nuevamente la hamburguesa que nos debía, uno de nosotros no comió. Al final pagamos la mitad de la cuenta, pero su mala actitud la mantuvo hasta el final y por eso este muy merecido comentario.…
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