La Pousada da Ria se encuentra en Torreira, cerca de la ciudad de Aveiro, en una península que actúa como barrera entre el océano Atlántico y la ría de Aveiro. Está a 15 minutos en coche de São Jacinto y a 43 km de la ciudad de Aveiro. Este edificio de los años 60 se erige en pilares sobre el agua, lo que hace muy especial su contacto puro con la naturaleza.
Durante su estancia podrá sumergirse en la fantástica piscina exterior y relajarse en una pequeña playa privada. Además, dispone de un restaurante y un bar para ir a comer. Las habitaciones son modernas, están decoradas en tonos cálidos y luminosos y disponen de balcón con vistas a los jardines o a la ría.
Bn situado, a un metro Del Mar (ría) , edificio antiguo aunque muy limpio, el personal amble. Habitaciones renovadas, con todos los servicios, con terraza a 1 metro Del Mar, vistas maravillosas. El personal de comedor joven e inexperto pero voluntarioso no deslució mi opinión general.
La experiencia ha sido muy agradable. Nos ha encantado el hotel, tanto por localización (inmejorables vistas a la ria) como por el trato recibido por todo el personal del mismo. Hemos quedado muy satisfechos con la atención recibida. El hotel es precioso, renovado y actual. El servicio de desayuno y cena perfecto. Viajamos con una niña celiaca (no puede comer gluten) y la atención en todo momento ha sido perfecta, ofreciendo siempre opciones sin gluten. La niña ha podido disfrutar de todas sus comidas perfectamente. Especial agradecimiento al personal del restaurante y cocinas por el buen trato recibido. Hemos pasado unas vacaciones muy agradables. Recomendaremos 100%. MUCHAS GRACIAS!
Lo mejor es la ubicación ,por lo demás las habitaciones son pequeñas y un poco descuidadas, no hay un armario cerrado para guardar los enseres el aseo diminuto y el desayuno muy deficiente. Puede que estos detalles se amortigüen con la amabilidad del personal pero la sensación es decepcionante después de ver las fotografías del lugar y encontrarse con la realidad. Insisto no vale lo que cuesta
El lugar idílico el personal a destacar José de recepción muy atento. Pero una habitación premium que por noche me ha costado 225 euros, que no tenía armario sino un burro y un baño que no caben dos personas me parece desproporcionado el precio. A pesar de ello el lugar es magnífico.
La pousada está en un lugar único, con unas vistas que invitan al sosiego y a olvidar problemas y agobios. El edificio y la decoración aportan un ambiente años 60 muy conseguido que ayuda a la desconexión. Habitación correcta con esas vistas fantásticas que también se pueden disfrutar en las 3 comidas del día. Personal amable y servicial aunque las jóvenes incorporaciones quizás deberían estar algo mejor entrenados. La cocina magnífica en comida y cena pero el desayuno muy mejorable.
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