He viajado mucho y he estado en muchos hoteles, hostales, posadas, albergues, etc. Es la primera vez que me da asco entrar en una habitación y pereza tener que volver al hotel después de un día recorriendo la ciudad. He de decir también que no me considero una persona demasiado inconformista o tiquis-miquis, pero lo que hemos vivido en este hotel ha sido surrealista. Afortunadamente, sólo hemos pasado aquí dos noches. Lo positivo: las habitaciones son amplias y el hotel está a unos 20 minutos andando del centro. Desayuno aceptable. Lo negativo: todo lo demás: limpieza inexistente, mobiliario anticuado, papel de las paredes desconchado, muy ruidoso (tanto entre habitaciones como hacia el exterior), la wifi no funciona, personal desagradable y nada colaborador y demás pormenores que relataré a continuación. Teníamos dos habitaciones, una en la 6ª y la otra en la 7ª planta. Cada una con lo suyo. El hotel en general necesita una reforma y/o actualización urgente y, principalmente, un servicio de limpieza adecuado. Los pasillos, enmoquetados, dan asco y huelen fatal; hay manchas y montones de polvo en todas las esquinas. En la habitación de la 7ª, que tiene moqueta, ésta estaba llena de manchas. Lo bueno de esta habitación era que el colchón no se deshacía y que tiene aire acondicionado (hay que pedir en recepción que os lo enciendan, cosa que no hicieron la segunda noche, a pesar de habérselo dicho). Y ahí termina lo bueno. Tuvimos un problema con el lavabo que no se molestaron ni en solucionar ni en darnos otra habitación: al abrir el grifo, el agua caía directamente de la pileta al suelo del cuarto de baño, inundando todo. Imagino que tendría la tubería rota o similar. Avisé varias veces en recepción para que lo arreglasen o nos cambiasen... Ni caso. Nos dijeron que estaba arreglado y cuando llegamos a la habitación por la noche seguía exactamente igual. Ni lo miraron. Bajamos ahora a la 6ª planta. La habitación no tiene moqueta, lo cual se agradece viendo el aspecto de la de la otra habitación. Tiene alfombras, igual o más sucias que la moqueta anteriormente mencionada. En esta habitación no hay aire acondicionado. En su lugar, hay un aparato que debe de datar de la postguerra, que hace mucho ruido, pero que no funciona. Avisamos en recepción: caso omiso. El colchón de esta habitación se deshacía, llegamos a sacar trozos de plástico que sobresalían del colchón y se clavaban en la espalda, etc. Avisamos a recepción para un cambio de habitación: caso omiso. En ambas habitaciones lo que impide que te entre luz en la misma son las cortinillas típicas de oficina, por lo que entraba prácticamente la misma luz. Por la noche era como no tener nada. En fin, como ya he dicho, no me considero una persona que se queje demasiado a la hora de viajar: tan sólo pido una cama cómoda y un baño decente. Pues bien, ni una cosa, ni la otra. Lo que más me llama la atención es la falta de profesionalidad y empatía con el cliente de los emplead@s del hotel. Antipatía e indiferencia máximas. Yo, desde luego, no lo recomiendo ni a mi peor enemigo. …