Un sueño en medio del Valle, full naturaleza, hermoso y grande te sientes libre. Las habitaciones son como bungalows, duermes mirando las estrellas en una cama super cómoda. La atención buena. Teníamos una salita afuera del bungalow nos sentimos como en casa.
Excelentes habitaciones, atencion personalizada, ambiente natural, una verdadera Villa.....paisaje natural...fue una experiencia inolvidable, en fecha aparentemente de lluvias, tuvimos mas dias soleados ...
El extenso y bien cuidado jardin, da la sensación de estar en una hacienda. Los cuartos son amplios y muy cómodos con terrazas externas que miran al jardín lleno de árboles frondosos. La atencion del personal impecable: amable y eficiente. Y la ubicación perfecta en pleno valle sagrado. Fue una grata experiencia conocer este bello y simpático hotel al cual volvería de nuevo.
El hotel muy bien ubicado fuera de la bulla y rodeado de mucha naturaleza da una impresión que estas en una casa de campo o una hacienda. El servicio del personal en general A1. Las habitaciones son super cómodas y resalta mucho el detalle de no ser tan lujosas, teniendo el brillo del sol al amanecer y la luna al anochecer ingresando por unas ventanas que tienen todas las habitaciones en el techo. Perfectas como para desconectarse de los televisores y el Internet en las habitaciones. Para una mejor conexión entre la naturaleza y el well-being de los huéspedes los programas que ofrecen para meditación y yoga deberían estar contemplados dentro de la tarifa. Kia, fue una muy buena anfitriona! El desayuno, más que delicioso. Un hotel 3 estrellas 100% recomendable para toda la familia. …
Si llegas a una casa en la montaña y te recibe un perro, juguetón y animoso, no hay duda que sus propietarios decidieron tener la puerta abierta para recibir a los que vienen de lejos. Kai, un pastor alemán que se ha vuelto un símbolo del Villa Urubamba fue el primer anfitrión en darme la bienvenida. El Villa Urubamba se encuentra a pocos metros de la vía que conduce a Ollantaytambo, en una zona del valle dominados por la presencia de los nevados Chicón y Verónica. El hotel es un jardín: las retamas, las hortensias, los capulíes, los lirios y también los cactus de la campiña urubambina, acogen aves de todos los tamaños y colores, entre los que destaca el picaflor gigante (Patagona gigas), el más grande de los colibríes que vuelan sobre la tierra. Les dejo algunos datos más para que decidan quedarse en este alojamiento confortable y muy seguro: del horno de barro de su cómodo restaurante salen unas pizzas de campeonato, con el típico sabor y la textura de los quesos andinos. El desayuno no tiene pierde: las mermeladas con frutos de la estación y los jugos son el mejor acompañante de un pan casero muy bien horneado, un café en su punto y muchas delicateses más. Las paltas, el tomate cherry, las acelgas, las cebollas el aguaymanto y las hierbas aromáticas que son recogidas cada mañana del huerto orgánico del hotel conforman la base de una carta sana y bien servida. Recomiendo darse una vueltita por este lindo hotel en el Valle más auténtico del sur andino del Perú.…
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