Es un lugar tentador porque es cálido a la vista, te atienden muy bien pero nunca te dan una carta( menú) te dicen lo qué hay y nunca ves los precios. Cuando nos trajeron la cuenta nos dijeron cuánto habíamos gastado ( 3 pastas comunes y tres cocas fue el consumo) y era muyyyyy caro. Nunca un ticket tampoco. No se sabe si te cobran por la cara o por el ánimo de ellos porque no es clara la situación. No recomiendo este servicio.
El Restoran es muy acogedor, bien decorado, lleno de detalles. Fuimos en verano, pero me lo pude imaginar en un día frío y sería aún mejor porque es como un refugio. Nos atendió el hijo del dueño y cocinero, y en su español con acento italiano fue muy amable. No es barato y muchas personas piensan que pagar caro por un plato de pasta es una tontería. Creo que es porque no saben el trabajo que lleva hacer pasta casera y buenas salsas. Los ravioles con salsa morchella estaban esquisitos, suaves y sabrosos. Los ñoquis con salsa de setas también. Probamos el pesto con fettuccini y me pareció un muy buen pesto. El tiramisu de postre muy rico también. Para quien gusta de la comida italiana es un muy buen lugar y sorprende en el alejado Futaleufú.
Fue mi primera vez en Futaleufú y me sorprendió ingratamente el restaurant del lugar, donde la carta ofrecía pocos platos a precios que partían desde los 11.000 pesos. Esperé cerca de cincuenta minutos luego de pedir, pensando que el sabor justificaría el precio y la demora, pero la sorpresa fue tal al ver la poca presentación de los platos, la cantidad escasa de comida y el sabor nada italiano del mismo (es mejor comprar en el supermercado pastas listas. Mejor sabor y menor precio)... una decepción total, con una atención deficiente, en donde esperé una bebida que nunca llegó, tras no estar disponible el jugo que me habían ofrecido. Nada recomendable; definitivamente, lo peor de mi visita en la entrada de la Patagonia.
Nos quedamos en este Hotel familiar y cenamos en su restoran, es muy bonito el lugar, decoración con historia, tipo museo, la familia italiana es muy amable, acogedora. Las pastas estaban muy ricas, deben pasar cuando anden en Futaleufú
De paseo por Futaleufú, nos sorprendió este hotel con restaurante atendido por su dueño, un joven italiano apasionado y enérgico. La carta es muy limitada y ofrecen tres o cuatro variedades de pastas con tres o cuatro salsas, todas riquísimas. El postre fue delicioso: un tiramisú con sabor inolvidable. El ambiente es encantador, la atención, esmerada y los precios muy caros para los argentinos de 2020. En fin, un gusto.
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