Estamos ubicados en la mejor zona de Máncora, todas las habitaciones se encuentran en primer piso y frente al mar, con terraza propia y una vista incomparable.
Rodeado de amplios jardines y numerosas palmeras, acompañado de un servicio personalizado e inigualable, constituye el escenario perfecto para el descanso, el placer y la diversión que estas buscando.
El Hotel Las Pocitas fue el primer hotel en la zona y a lo largo de su trayectoria ha sobresalido por sus singulares características, brindándoles a sus clientes un servicio personalizado en un lugar privilegiado.
El mayor atractivo del Hotel, lo constituye sin lugar a duda la espectacular playa en la que descansa, caracterizada por tener zonas con formaciones rocosas que le otorgan un encanto particular. En distintos momentos del día, se pueden observar las increíbles piscinas naturales o pocitas que se generan, permitiéndoles a los visitantes el poder disfrutar y bañarse en ellas y razón por la cual nació el nombre del Hotel.
Actualmente cuenta con 22 habitaciones en primer piso y frente al mar, recepción, bar, restaurante, cocina, piscina, áreas verdes y más de 140 metros de frente de playa y 2,500 m2 de jardines y palmeras que fueron plantadas por primera vez en la zona.
El personal de recepción es poco amable, parece que te estubieran haciendo un favor. La primera noche, aparecieron dos cucarachas en el baño, el cual, x cierto, no tiene privacidad en la habitación. La comida, cara para lo que ofrecen, solo por dar un ejemplo, primera noche pedí pollo a la plancha, el pollo crudo, hice la queja con el mozo pero hubo ni una disculpa ni nada. Luego de eso preferí onsumir fuera. Lo rescatable, el personal de limpieza muy amable, algunos de los mozos también, la piscina limpia pero la mayor parte del tiempo con niños, pues es más un hotel familiar.
Cero atención. Cero ganas de que se les visite. No responden a los mensajes (mails o wsp) o responden tarde. Muchas descoordinaciones internas. Me fui gustoso para otro hotel. No da ganas de ir ahí. Parece que sé confían en la antigüedad que tienen en la zona. Es una lástima porque fui años atrás y la pasé muy bien, quise regresar. Ya no más.
Muy comodo, excelente atencion, una carta variada, muy buena experiencia, nunca decepciona. Cuartos a las orillas del mar, los niños lo disfrutan muchisimo, eso si, la pista para llegar al hotel es de terror, pero vale la pena. Buena la calidad de la comida, aunque deberia de haber menu para niños. Todas las noches hacen fogata, lindo sitio
El hotel es bastante bonito, las habitaciones muy limpias, las toallas suaves, me ha gustado mucho. Considero que deberían limpiar mejor la piscina. La comida es muy buena, pero particularmente me parece muy cara, conviene más ir a comer fuera del hotel. Volvería a ir definitivamente.
-Servicio: Siento que faltaba un poco más de personal, tal vez lo redujeron por pandemia. Si estabas tomando sol en las poltronas de la playa, tenías que acercarte hasta el bar o recepción para pedir alguna bebida o comida. Pero en general bastante amables y serviciales todos. -Habitación: Lo mejor fue que está a dos pasos del mar. Tiene su propia terraza con un par de sillones y una hamaca. Nos quedamos en una habitación cuádruple, bastante cómoda. Pero falta una mejor separación con el baño, se podía escuchar todo, faltaba un poquito de privacidad. No tenía friobar, se podía alquilar uno por S/30 o S/40 diarios. La televisión no era smart TV. -Comida: Deliciosa! Lo mejor fue el ceviche de ají amarillo. Lo pedimos como 3 días seguidos. Las yuquitas fritas buenazas. Los tragos también estuvieron bastante buenos, pero siguen utilizando cañitas de plástico. Además, el restaurante cierra bastante temprano. Llevamos nuestro propio vino y gin y no tuvieron problemas en brindarnos copas, hielo, limón, sacacorcho o lo que necesitáramos. El desayuno es básico pero muy rico. Las tostadas fueron lo mejor. -Ubicación: La ubicación frente al mar es perfecta, la playa es bastante tranquila, liimpia y de agua tibia. Solo hay que tener un poco de cuidado con las rocas en ciertas partes. Si se quiere salir de noche hacia el pueblo de Máncora a cenar o algo, conseguir transporte de ahí está un poco complicado y caminar no es opción porque ese trayecto es trocha y con casi nada de iluminación. -Ambiente: Es bastante tranquilo y callado. Si lo que quieres es juerga, este no es el lugar. Este hotel es perfecto para tener paz y desconectar de todo. Volvería de todas maneras.…
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