Excelente servicio en el hotel Meliá Santa María se disfrutó de todo muy buena la atención la comida excelente espero volver muy pronto a disfrutar de las delicias en los platillos de él estadía la piscina y demás
Reservé en Meliá porque conozco la calidad de la cadena en lineas generales. Pero en esta ocasion, la calidad de la comida y la escasez de algunos alimentos basicos y esenciales no me dejan otra sensacion.
Lo mejor del hotel son sus empleados, todos atentos y muy amables. El equipo de animación es maravilloso, Nayibi es muy simpática e incansable en sus tareas. Siempre tratando de hacer participar a los pasajeros en todas las actividades. Lo malo del hotel son las filas y las largas esperas para ser atendidos en el snack bar y en el ranchon pues al medio día no abre el buffet. Los restaurantes especializados en comidas italiana, mediterránea o internacional, solo abren uno por noche y al ser muy reducida su capacidad lo es muy difícil conseguir lugar . Las instalaciones del hotel requieren mantenimiento general.
Finalizamos nuestro viaje a Cuba con algo días de descanso en Cayo Santa María Hotel Mélia. Gracias a todo el personal que conocimos. Particularmente Víctor (equipo de animación) formador y profesor de merengue (entre otros), simpático, tranquilo, sonriente, servicial. Extraño a Cuba, ¡especialmente a la gente! Besos de Belgica.
Las instalaciones del hotel están bien, es un hotel pequeño y playero pero bonito. La playa es paradisíaca y para mí la mejor playa de la zona. He estado en varias playas del caribe y está me pareció la mejor en la que estuve. ¡Hermosa.! Las habitaciones son cómodas, limpias, y hay buen servicio de wifi gratuito en el complejo. Ninguna queja al respecto. Lo que no me gustó fue la comida del buffet que es malisima, sin variedad o sabor, al igual que los tragos, que no corresponden a un cinco estrellas. El servicio del staff en general necesitan capacitarse en servicio al cliente, porque son bastante groseros. !Las mozas del buffet no me sirvieron ni agua! Pero si entraba un europeo no sabían cómo más atenderles. Entiendo que es por las elevadas propinas que ellos les dan, pero que no me sirvan ni agua me pareció demasiado ( y eso que yo daba propinas,pero solo cuando me atendían bien porque algunos lo tenían como si fuera obligación y atendían mal de entrada). La comida es poca, nada variada, y hubo una noche que me fui a dormir con hambre. El restaurante de la playa atienden mal todos, y solo me daban un corte decente de carne cuando les daba propina, si no nada o crudo. Si Quiero destacar el buen trato de todos los chicos de la playa y entretenimiento, los bañeros, los mozos del lobby, el chico de las toallas y el personal del restaurante japones que fueron todos increíbles y amables. Las recepcionistas bastante maleducadas y nada serviciales, salvo por Naomi que siempre fue agradable y dispuesta a asesorar en todo. La playa valió el viaje. Pero a este hotel no vuelvo ni recomiendo.…
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