Conquistar Nueva York en una visita es imposible. Por eso, visita lo imperdible: el edificio Empire State, la Estatua de la Libertad, el Central Park, el Museo de Arte Metropolitano; y luego explora lo menos conocido con visitas a The Cloisters o a una de las bibliotecas de la ciudad. Disfruta de las tiendas bohemias del West Village o la fina gastronomía del Upper West Side. El bullicioso mercado de la estación Grand Central te da un sabor literal de lo mejor que la ciudad tiene para ofrecer.

Conocida como el vecino duro de Nueva York, con un gran aeropuerto internacional, Newark es un destino por sí mismo. La ciudad se está revitalizando y tiene sus propias atracciones, incluidos varios parques grandes, galerías de arte y edificios arquitectónicamente significativos. El Museo Newark es un complejo de exposiciones de arte y ciencia, un minizoo, un planetario y mucho más. Las obras de baile, música y teatro tienen lugar en locales como el Centro de artes escénicas de Nueva Jersey, así como el Salón Sinfónico de Newark.

No, efectivamente no puedes estacionar tu auto en Harvard Yard. Lo que puedes hacer en Boston es disfrutar de algunos de los más importantes sitios históricos del país y de los aficionados fanáticos del deporte. Disfruta de un partido (y tal vez una pelota en falta) en el Fenway Park antes de dirigirte al North End para probar algunos de los legendarios cannoli del barrio italiano. Disfruta de la dorada gloria de la Casa de Gobierno desde el límite del Boston Common, también el punto de partida para el Freedom Trail: recorrido a pie entre los 16 sitios que fueron parte integral de la revolución estadounidense.

San Agustín es uno de esos lugares en los que pasar unas vacaciones muy especiales: no en vano es una de las ciudades más antiguas de todo Estados Unidos. Todo en ella rezuma historia y nos remite a la época de Ponce de León y de San Agustín de la Florida. Los hoteles tienen encanto y encontrarás restaurantes estupendos con un ambiente íntimo y elegante… Un lugar ideal para venir con alguien especial. No te pierdas el Parque Nacional de la Fuente de la Juventud.

La imagen que guarda la mayoría de la gente de Noruega es la que corresponde a la zona donde se asientan los Fiordos Occidentales, con sus profundas vías fluviales de inmensa belleza que esculpen los glaciares de la edad del hielo. Aquí también se encuentran muchas de las cascadas más altas del mundo, lo cual añade más esplendor si cabe. Es una región increíble para hacer cruceros, senderismo, pesca, ciclismo, rafting, canoa y esquí de verano, además alberga fascinantes ciudades como Bergen, Stavanger y Alesund, donde se pueden realizar un sinfín de interesantes actividades urbanas de una naturaleza muy singular.

Córcega es una isla francesa tranquila, con un ambiente relajado que es una mezcla de fin de semana europeo y luna de miel tropical. La ciudad portuaria de Bastia da la bienvenida a los agotados viajeros que desembarcan después de un largo viaje en ferri. Para lograr una experiencia realmente encantadora en Córcega, coge un tren que te lleva de las montañas a la playa mientras ves villas rústicas y vacas pastando. Dedica unas pocas horas, o incluso algunas semanas, a explorar las famosas rutas de senderismo de la isla, incluida la GR 20 para senderistas experimentados.

Situada en el centro histórico y geográfico de Italia, Lazio (o Latium) era el centro del Imperio Romano, y como tal está lleno de atracciones antiguas, sobre todo en la Eterna Ciudad de Roma en sí. Al este, Tivoli tiene la exquisita y enorme Villa Adriana del emperador Adriano. Civitavecchia, que es hoy en día un importante puerto de ferrys y cruceros, lleva siendo el puerto más importante de Roma desde el siglo segundo. En Lazio hay también muchos sitios e interés pre-romano, como la necropolis etrusca de Cerveteri, que data del siglo IX a.C.

Dubrovnik se ha recuperado de los daños sufridos durante la guerra de 1990, y los visitantes han regresado a esta apacible ciudad. Enclavada entre el mar Adriático y los Alpes Dináricos, es una escapada muy accesible y asequible para muchos visitantes europeos. Su ciudad antigua, totalmente peatonal, destaca por su encanto especial.

Mesina, en el extremo noreste de Sicilia, es la primera ciudad que recibe el puntapié por parte de la bota que conforma la masa continental de Italia, a menos de 5 km a través del estrecho de Mesina. Es un importante puerto de entrada para visitantes mediante hidrodeslizadores y ferrys. Los trenes también embarcan, antes de continuar el servicio. La catedral normanda del siglo XII, reconstruida tras el terremoto de 1908 que la destruyó, así como gran parte de la ciudad, es la atracción más famosa.