Sedona es un verdadero oasis, un paraíso para los turistas en el centro del desierto de Arizona. Aquí es donde vas a encontrar resorts y spas, cañones y formaciones rocosas de color rojo. Bell Rock y Oak Creek Canyon son grandes lugares para caminatas, y la espectacular arquitectura de la Capilla de la Santa Cruz es una experiencia religiosa en sí misma. Cuando el sol se pone en el horizonte, presenta el mejor espectáculo en Sedona: el cielo nocturno. Observar las estrellas en el desierto puede ser una experiencia absolutamente filosófica.

Sinónimo del esquí extremo en alta montaña, Crested Butte es un paraíso para los amantes de la nieve. Las majestuosas cumbres de la montaña Crested Butte Mountain ofrecen cuencas para expertos, acusadas pendientes y largas pistas para los esquiadores más avanzados, así como extensas pistas azules y verdes abiertas para los que practican el nivel intermedio y los principiantes. Al lado de la montaña, los visitantes también podrán practicar un gran número de actividades, desde esquí campo a través, patinaje sobre hielo, recorridos en trineos tirados por perros, hasta visita a museos y apasionantes artes y teatro.

El río Rojo es el cuerpo y el alma de Shreveport, un centro cultural y de juegos de azar situado en la frontera entre Louisiana y Texas. Los casinos en embarcaciones fluviales evocan el glamour y el misterio del pasado y ofrecen a los viajeros modernos emoción y diversión. Si no le gustan las mesas de juego, cruce el puente de Texas Street, con sus luces de neón, hacia las carreras de caballos de Louisiana Downs, en Bossier City, la floreciente ciudad hermana de Shreveport. Los visitantes pueden relajarse en uno de los oasis botánicos de Shreveport y disfrutar comiendo, comprando y divirtiéndose en la zona frente al río. En verano, hace mucho calor en Shreveport, pero durante el resto del año su clima es templado.

Envuelta por extensas playas, frondosos robles y marismas saladas, se encuentra Saint Simons Island, parte de la cadena Golden Isles cerca de Brunswick (Georgia). Se trata de una isla de casi 47 kilómetros cuadrados, que una vez estuvieron cubiertos de plantaciones de arroz y algodón. Hoy es un paraíso de las actividades de ocio gracias a sus impresionantes campos de golf de campeonato, sus kilométricos caminos para bicicletas, su magnífica pesca, sus lugares históricos y sus excelentes restaurantes. Si eres un apasionado del golf, te encantará Saint Simons Island, que cuenta con el campo de golf de 18 hoyos King and Prince y el Sea Palms Golf and Tennis Resort, con 27 hoyos. Cerca se encuentran otros 234 hoyos en sitios conocidos, como el campo de golf de 63 hoyos Jekyll Island Golf Club y el de 36 hoyos Sea Island Golf Club. Los pescadores tienen un motón de opciones para pescar en los ríos, arroyos, canales y en el océano Atlántico. En el puerto deportivo Golden Isles Marina encontrarás embarcaciones y guías. También puedes ir al muelle de pesca St. Simons Island Pier y hacer surfcasting a lo largo de las extensas playas en la zona norte de la isla. Para ser una isla tan compacta, Saint Simons está llena de lugares históricos. No te pierdas el faro de Saint Simons, donde puedes subir los 129 escalones para disfrutar de una vista impresionante de la isla; el Monumento Nacional Fort Frederica, con restos del fuerte británico construido en el siglo XVIII; y el lugar de la batalla de Bloody Marsh, en la que las tropas españolas derrotaron a las británicas en 1742.

Villavicencio es un centro ganadero, una zona en la que abundan los vaqueros. Puedes pasar una o dos noches en un rancho antes de recorrer el placentero paseo hasta las populares llanuras verdes de Los Llanos. Si te apetece quedarte más tiempo, Villavicencio ofrece montones de actividades al aire libre y ecoturismo. No te pierdas Caño Cristales, un precioso río de colores repleto de plantas y minerales que le aportan vitalidad y le dan el tan acertado sobrenombre de “El arcoiris líquido”.