Asegúrate de empacar tus botas de agua, porque el Parque Nacional Snowdonia es uno de los lugares más húmedos de Reino Unido. Pero aparte de estar todo empapado, es muy impresionante. Una excursión relativamente sencilla te lleva a la parte superior de Yr Wyddfa, el pico más alto de Gales (más alto que cualquier pico de Inglaterra), donde los halcones peregrinos anidan en los escarpados acantilados. El parque también tiene el lado más grande de Gales: Llyn Tegid. Tiene su propio monstruo al estilo del Monstruo del Lago Ness (que se llama Teggie, por supuesto) aunque algunos piensan que simplemente es un pico demasiado alto. También puedes encontrar estas maravillas de Snowdonia a una escala mucho menor. Mantente atento para ver el escarabajo Snowdon, que tiene rayas del color del arcoíris en la espalda.

Las playas de arena, las dunas doradas y los paseos marítimos de Southport la convierten en una escapada popular de las ciudades cercanas de Liverpool y Manchester. Si a esto le añadimos un recinto ferial, un muelle histórico y una próspera vida nocturna, tendremos uno de los destinos costeros más atractivos de la costa oeste.

Sede de la universidad más antigua de Alemania, Heidelberg fue duramente golpeada durante las guerras del siglo XVII y fue reconstruida en el siglo XVIII con edificios barrocos. Si quieres dar un paseo agradable, camina por las calles góticas del centro histórico de la ciudad. No te olvides del castillo Heidelberg, el corazón simbólico de la ciudad; Alte Brucke, un hermoso puente del siglo XVIII y la Cárcel para Estudiantes. Construida en el siglo XVI, se usaba para sacar a los estudiantes maliciosos de las calles de tres días a un mes. ¡Y se dice que Penn State es la escuela parrandera n.º 1!

Berlín es una ciudad tensa, desde su moda a su arquitectura hasta su cargada historia política. El Muro de Berlín es un recordatorio aleccionador de la atmósfera hipercargada de la posguerra, y aun así, los grafitis que cubren sus restos hoy en día se han vuelto un símbolo del progreso social. Visita el reloj Weltzeituhr (hora mundial), coronado con un modelo del sistema solar, luego viaja en el tiempo al cenar en el histórico Zur Letzten Instanz, un restaurante del siglo XVI que solían frecuentar Napoleón y Beethoven.

A pesar de su arquitectura barroca y su centro histórico antiguo, Linz es sorprendentemente contemporánea. La ciudad norteña ofrece una escena cultural ultramoderna, ejemplificada por un centro artístico electrónico futurístico y un museo de arte moderno con fachada de vidrio, ambos a la orilla del río Danubio.

Quebec puede ser la única ciudad fortificada al norte de México, pero espera con brazos abiertos a los visitantes. Explora la ciudadela, donde posiblemente encuentres a las tropas canadienses haciendo una ceremonia militar. En cuanto a la comida, podrías disfrutar de un té por la tarde en el Chateau Frontenac o hacer como los lugareños y comprarte poutine al paso: papas fritas con requesón y salsa de carne.