La última de las cinco localidades que conforman Cinque Terre, Monterosso al Mare, es la más visitada, principalmente porque cuenta con la única playa de arena de la zona y dispone de los hoteles de mayor tamaño. Aunque en los meses de verano puede haber demasiados turistas, Monterosso es aún un lugar encantador. La parte vieja de la ciudad, separada de la zona moderna por la torre Aurora, cuenta con los restos de un castillo medieval y la iglesia de San Francesco, que acoge a un importante cuadro sobre la crucifixión realizado por Van Dyck.

Una espectacular isla frente a la costa de Normandía, el Monte Saint-Michel acoge una abadía que data del siglo XI y ahora presume de una impresionante y hermosa iluminación nocturna. La isla, con sus mareas rápidas e inconstantes, fue una cárcel conocida durante la revolución francesa de 1789. La isla, que celebró su 1300º aniversario en 2008, cuenta con varios restaurantes excelentes y un club nocturno. Solo un estrecho paso elevado construido en 1880 une la isla al continente, aunque se espera que se termine de edificar un puente en 2012.