Pula está situada en la punta sur de la península de Istria y es la ciudad más grande de la zona. Enclavada bajo siete colinas y con vistas del Adriático, los alrededores naturales y virginales de Pula son mágicos. Conocida por su suave clima y su tranquilo y precioso mar, Pula cuenta con una larga tradición vinícola, de pesca y de construcción de barcos. Es también el hogar de muchos edificios antiguos Romanos, como por ejemplo un magnífico anfiteatro que está bien conservado.

Con una envidiable ubicación entre el mar Adriático y los picos de Eslovenia, Trieste es una ciudad italiana cuya gastronomía, arquitectura e historia te acercan a la Europa del Este. Además, los castillos en la costa y los complejos turísticos de playa bañados por el sol te permitirán disfrutar de una de las escapadas con mar más culturales de Europa.

Ubicado en una isla entre Trieste y Venecia, el pueblo playero de Grado es popular entre los turistas. Reconocido por su centro medieval, Grado también es famoso como resort spa, y se dice que su arena tiene propiedades curativas.

Si con solo mencionar Mykonos no te vienen a la mente imágenes de edificaciones de un blanco brillante, cielos turquesa y cuerpos bronceados que descansan en las playas de arenas doradas, vivís en una cueva. La isla griega más conocida del Mar Egeo está completamente relacionada con la energía y atrae a una multitud heterogénea y exclusiva que crece en su vida nocturna con mucho estilo. Durante el día, se puede tener un poco de privacidad en las playas del norte más retiradas, pero en las playas del sur todo es fiesta. Se puede esquiar, andar en motos acuáticas, practicar windsurf y paralelismo, pasear a caballo, o también puedes ahorrar energía para la noche, como hace la mayoría de los viajeros en Mykonos.