La ciudad de Donegal parece de cuento, con un puerto encantador, playas apacibles y restos de piedra que resisten estoicamente el paso del tiempo, como los de la Abadía de Donegal, del siglo XV. El Castillo de Donegal, de aspecto adusto y recientemente restaurado para devolverle su antigua gloria gaélica, es la joya de la corona de la región. Si buscas algún recuerdo, hazte con una prenda de tweed o una alfombra hechas a mano, los artículos emblemáticos de la zona. En los pubs de la zona de The Diamond siempre encontrarás muy buen ambiente.