Vancouver, con su gran riqueza histórica, es la ciudad más antigua de Washington. En su tiempo, fue el mayor reducto en el oeste de la empresa británica Hudson's Bay Company, que vendía provisiones y comida en el siglo XIX pero que fue cerrada en 1860 cuando los norteamericanos se hicieron con el comercio. Más tarde, la empresa se convirtió en un monumento histórico nacional, el Fort Vancouver. Si desea más historia, visite el Pearson Air Field, el aeródromo más antiguo del oeste que sigue en funcionamiento, que alberga el Museo del Aire de Pearson, con su colección de aviones antiguos. Si le gusta la aventura, Vancouver es la base perfecta para hacer una excursión de un día al cañón del río Columbia, un tramo de río de 112 kilómetros de impresionante belleza que cruza las Montañas Cascade, o al Monte St. Helens, donde se encuentra el famoso volcán; ambos lugares ofrecen gran cantidad de actividades al aire libre. Si quiere un pasatiempo más tranquilo, navegue por el pintoresco río a bordo de la embarcación Columbia Gorge o visite Beacon Rock, el segundo monolito más grande del mundo, donde un sendero lleva a un lugar con unas vistas panorámicas espectaculares.

Dada su fantástica ubicación cerca de la I-5 que discurre a lo largo del río Willamette y su variedad de alojamientos, Wilsonville es el sitio perfecto desde el que emprender cualquier viaje por Oregón y en el que se pueden hacer muchas cosas interesantes. Esta pequeña ciudad dispone de atracciones para niños, entre las que se incluyen el museo World of Speed y el parque Family Fun Center, así como cooperativas agrarias, como Our Table Cooperative, y un animado mercado agrícola. Los visitantes de Wilsonville también podrán disfrutar de sus comercios, sus parques de gran belleza paisajística y sus opciones para montar a caballo.

Oregon’s Mt. Hood Territory (Territorio del monte Hood de Oregón) brinda a los visitantes una impresionante oferta de actividades que pone de manifiesto la diversidad del entorno, desde las bodegas de vino del valle de Willamette, las plantaciones de flores, la oferta de restaurantes con productos de la tierra hasta el emblemático pico del propio monte Hood que se eleva a 3429 metros. Los amantes de la aventura podrán disfrutar esquiando y haciendo snowboard durante todo el invierno, así como hacer senderismo y ciclismo de montaña durante los meses más cálidos. Las ciudades próximas a Portland también ofrecen una gran variedad de fábricas de cerveza artesanal, tiendas libres de impuestos y una pujante oferta artística.

Salem, forma anglicana de la palabra hebrea "shalom", que significa paz, ofrece a los turistas lo que su nombre indica, además de multitud de lugares históricos para explorar y una gran variedad de actividades al aire libre para divertirse. La capital de Oregón, una de las ciudades más antiguas del estado, combina la hospitalidad de los pueblos pequeños con la cantidad precisa de política y cultura para hacer que las cosas resulten interesantes. Visite el magnífico Capitolio, con su cúpula dorada, y conozca las tareas que desempeña el gobierno; luego, suba a la plataforma de observación y disfrute de las fantásticas vistas de Salem y sus alrededores. A pesar de que toda la ciudad es una lección de historia viviente, llena de edificios y monumentos antiguos, destaca también el Museo de Mill Mission. Los aficionados al arte no pueden perderse tampoco la impresionante colección del noreste del Pacífico del Mueso de Arte de Hallie Ford. Entre visita y visita, dedique un rato a observar a la gente pasar o hacer un picnic en el Bush's Pasture Park, o disfrute de una cata de vino en alguna de las bodegas de la zona. La idílica situación de Salem, en el corazón del verde Valle de Willamette, y su papel histórico como centro político de Oregón, hacen que este lugar sea perfecto para una maravillosa e interesante escapada de fin de semana.

Con las singulares montañas Haystack Rock y Needles definiendo su línea de costa, Cannon Beach es uno de los lugares más pintoresco y peculiar de Oregon. Sus casi dieciséis kilómetros de playa lo convierten en un perfecto escenario para pasear junto a la orilla, observar diversa flora y fauna en su hábitat natural y construir un castillo de arena durante la celebración de su concurso anual de castillos de arena. Debido a la estricta legislación vigente que restringe la infiltración de las grandes cadenas comerciales y restaurantes, Cannon Beach retiene el encanto de pequeña ciudad.

La histórica Astoria es el asentamiento americano más antiguo al oeste de las montañas Rocky Mountains, que en principio se fundó como una factoría de pieles hasta que se expandió para convertirse en la ajetreada ciudad portuaria que es hoy en día. Su pasado escalonado está documentado en numerosos museos, desde el marítimo Columbia River Maritime Museum, con su colección de vestigios náuticos, hasta el museo de los bomberos Uppertown Firefighters Museum, cuya colección de recuerdos de incendios se ve complementada con la exposición interactiva de la segunda planta del Museo Infantil (Children’s Museum).

Napa probablemente sea el mejor lugar del mundo para una escapada durante el fin de semana. ¿Qué más quieres que hostales románticos, excelente gastronomía y spas para relajarse?

La Ciudad de México, que surge de las ruinas de la capital Azteca, Tenochtitlan, ofrece una combinación única de vida contemporánea y preservación histórica. Los museos, restaurantes y parques de primer nivel compiten con los remanentes de varias culturas. Por más que no sea tu estilo de viaje, no puedes dejar de lado la vida nocturna, los centros comerciales y la historia.

Quebec puede ser la única ciudad fortificada al norte de México, pero espera con brazos abiertos a los visitantes. Explora la ciudadela, donde posiblemente encuentres a las tropas canadienses haciendo una ceremonia militar. En cuanto a la comida, podrías disfrutar de un té por la tarde en el Chateau Frontenac o hacer como los lugareños y comprarte poutine al paso: papas fritas con requesón y salsa de carne.

En Lenox, una pequeña ciudad de Berkshire que ha sido un popular refugio desde el siglo XIX, da la sensación de que todo el año es "temporada alta". En verano, puede hacer un picnic en el césped de Tanglewood, la residencia de verano de la Orquesta Sinfónica de Boston. En otoño, con la caída del follaje, practique senderismo o ciclismo por los caminos del Pleasant Valley Sanctuary y sumérjase en los vibrantes colores de las montañas. Los turistas que vienen en invierno pueden disfrutar del esquí en cualquiera de sus muchas estaciones y zonas de esquí de fondo, y los que lo hacen en primavera pueden practicar senderismo y jugar al golf en espléndidos escenarios. El conocido balneario de Cranwell Spa ofrece tratamientos rejuvenecedores y cuidados durante todo el año.