Rodeado de algunos de los muros defensivos mejor conservados de Europa, la antigua Ávila parece salida directamente del pasado medieval de la región de Castilla. La iluminación nocturna solo le agrega atractivo a las torrecillas, los palacios fortificados y las catedrales de esta ciudad de cuentos que es patrimonio mundial.

Un primer escalón para ingresar al norte de España, Valladolid mezcla arquitectura medieval con universidades, museos modernos y una dinámica vida nocturna. La ciudad tiene una fuerte identidad cultural, a la par de las metrópolis más grandes del país, mientras que los viñedos que la rodean retienen ese toque de tradición rural.

Conocida como la “ciudad dorada” de España, Salamanca cuenta con una rica cultura arquitectónica, religiosa y gastronómica. Maravíllate ante La Casa de las Conchas y la Plaza Mayo del siglo XVIII, luego disfruta de los productos frescos del Mercado Central. Tanto las antiguas como las nuevas catedrales de Salamanca son celebraciones de los estilos gótico y renacentista.

Monopoli, un pueblo portuario de Apulia que es en partes iguales histórico y funcional, causa sensación con sus iglesias y castillos medievales que emergen por encima del Adriático. También es el sueño de todo pintor, con sus botes pesqueros color azul brillante que le dan un toque de color a las paredes blanqueadas del puerto.

Mientras que su huella en el mar Egeo puede ser pequeña, Paros tiene belleza más que suficiente para ocupar un gran lugar en las listas de visitas obligadas de los viajeros. La mayoría se queda en la ciudad más grande de la isla (aunque “grande” es un término relativo), Naoussa; aquí los visitantes pueden explorar las calles laberínticas, explorar tiendas llenas de productos locales, cenar en los bares costeros que sirven pulpo fresco y empaparse de todo el paisaje de las islas griegas que anhelaban en los medios sociales.

La banda sonora de la tranquila Boa Vista es el dulce cantar de aves exóticas. Quizás se comunican con las tortugas caguamas o con las ballenas jorobadas conocidas por chapotear alrededor de las aguas poco profundas de Boa Vista. Haz ejercicio y camina hasta los restos de Santa Maria o explora el fuerte Duque de Bragança, construido para proteger Ilheu de Sal Rei de los piratas. Las ventosas dunas de arena con tonos rojizos y amarronados del Deserto de Viana son impresionantes.