En las orillas del hermoso río Elbe, la ciudad alemana de Dresden es exuberante y verde, está lleno de bosques, jardines y parques. La ciudad tiene mucha historia cultural y artística; el gran compositor de ópera Wilhelm Wagner estrenó numerosas obras aquí en el siglo XIX y, en la actualidad, una compañía independiente de opereta mantiene el arte clásico actualizado y moderno. Los culturetas amarán los museos Gemäldegalerie Alte Meister y Grünes Gewölbe, y los aficionados a la arquitectura quedarán maravillados con el mélange de estilos reflejados en el paisaje urbano.

Al ver la ciudad de St. John's, puede que te recuerde a un San Francisco en miniatura, pero sin tranvías. St. John’s ofrece el equilibrio ideal entre naturaleza y vida nocturna, desde el East Coast Trail y sus paisajes al colorido distrito de entretenimiento que recorre George Street. A pesar de ser la ciudad más grande de Terranova, se respira un ambiente tranquilo y popular. ¡En la Ciudad de las Leyendas te sentirás como en casa!

Hershey, una ciudad de Pensilvania que es sede de Hershey Chocolate Company, se presenta a sí misma como “El Lugar más Dulce de la Tierra”, y es difícil pensar en otra ciudad que pueda competir con ella. La ciudad se construyó pensando en el chocolate, al igual que la gran mayoría de sus atracciones. El Mundo del Chocolate de Hershey lleva a los más golosos por la planta de Hersey con una visita virtual. Por otro lado, Hersheypark permite a niños y adultos que jugueteen y brinquen en un enorme parque de montañas rusas, toboganes de agua y que caminen entre chocolatines de tamaño real.

Washington DC es un centro para la política y la historia estadounidenses. El distrito atrae tanto a excursiones escolares como a turistas y ofrece un vistazo del origen democrático del país. Hay muchísimos museos gratuitos para aprovechar, pero la verdadera atracción aquí son los memoriales y monumentos dedicados a los grandes líderes de América. Pasa algún tiempo contemplativo en la pileta-espejo del National Mall, uno de los lugares más patrióticos del país.

La Universidad de Notre Dame, de 150 años, es el mayor atractivo turístico de South Bend, y no es para menos. A pesar de lo difícil que resulta conseguir entradas para ir a ver un partido de fútbol americano de los "Fighting Irish" en el Estadio de Notre Dame, con una capacidad para más de 80.000 personas, en el maravilloso campus encontrará un montón de atracciones. Entre las cosas más destacadas encontramos numerosas obras de arte, la Basílica del Sagrado Corazón y la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes, una réplica de la famosa capilla. Los aficionados al fútbol americano pueden visitar también el Salón de la Fama de Fútbol Americano Universitario, que cuenta con interesantes vídeos y perspectivas sobre el juego. Tanto si recuerda como si no el automóvil Studebaker, que desapareció a principios de los sesenta, seguro que le gustará el Museo Nacional del Studebaker, que cuenta con más de 75 vehículos extraídos de la historia de la compañía, empezando desde los coches de caballos. South Bend cuenta con magníficos museos, como el Museo de Arte Regional de South Bend y el Centro de Historia de Indiana del Norte, un conjunto de cuatro museos. No se vaya sin antes probar las trufas o el fudge, una especie de caramelo de dulce de leche, de la South Bend Chocolate Company.

Desde Magic Kingdom hasta tratamientos de spa mágicos, Orlando destella con la promesa de la aventura. Pasa un día explorando los famosos parques temáticos de Disney, riendo con los delfines en Sea World o gritando como loco en una montaña rusa de Busch Gardens. Para una tarde con menos adrenalina, admira la tranquila belleza natural del Harry P. Leu Gardens o disfruta de un tratamiento exfoliante de algas en un spa de lujo. Saborea ingredientes frescos y locales en uno de los restaurantes nominados al premio James Beard de Orlando.

¡Miami es muy caliente! Y no solo por el sofocante clima. Aquí, la vida nocturna es abrasadora, gracias a una fuerte influencia latina y la cultura caliente de la salsa. Baila toda la noche en un club nocturno, o disfruta de una comida de lujo en uno de los restaurantes propiedad de alguna celebridad de la ciudad. Durante el día, anda a la playa, por supuesto, o da un paseo para disfrutar de la colorida arquitectura art decó de Miami. Prueba un sándwich cubano en La Pequeña Habana y luego súbete al carrusel de la vendimia en Virginia Key Beach Park.