El esplendor inca y el barroco andino están lado a lado en las calles de piedra de Cusco, representados por el palacio Coricancha y la iglesia de Santo Domingo flanqueando la Plaza de Armas. En este crisol de altas alturas de la cultura amerindia y mestiza, encontrarás telas extraordinarias, animados festivales de verano y maravillas arqueológicas.

Lima, fundada por Francisco Pizarro en 1535, es una ciudad fascinante y un tesoro oculto de la historia. Explora los antiguos sitios arqueológicos incas o pasea por las elegantes catedrales y los opulentos palacios que datan de los tiempos de la colonia española. El centro de Lima está atiborrado, pero disfrutarás al explorar las diferentes partes de la ciudad, especialmente las zonas frente a la playa con excelentes opciones para ir de compras y a cenar, además de los fabulosos hoteles que se encuentran allí.

Montañas, playas, raíces arcaicas y aspiraciones modernas: Chiclayo es el destino de vacaciones peruano por excelencia. Entre las atracciones más visitadas se encuentran las pirámides de adobe, el dorado Palacio Municipal, las fantásticas catedrales y la tumba ornamental del Señor de Sipán. Adéntrate en el Mercado Modelo para rebuscar entre los artículos místicos del Mercado de Brujos, donde encontrarás todo tipo de amuletos, bisutería de cuentas sacadas de la selva, hierbas y partes de animales con propiedades mágicas. Pásate por los clubes nocturnos para bailar salsa y disfrutar del karaoke y de la música en directo.

Si lo que le gusta es la historia, la cultura, las actividades al aire libre o simplemente los paisajes únicos, Albuquerque ofrece, durante todo el año, atracciones para todas las edades y gustos. En la parte histórica de Old Town, las antiguas culturas indias y españolas se reflejan en las viejas iglesias, las pintorescas tiendas y plazas, los caminos adoquinados y los bancos de adobe. Los amantes de las compras pueden pasar un día entero echando un vistazo a las más de 100 tiendas, boutiques y galerías que venden artículos del suroeste y otros productos únicos de todo el mundo. Durante las fiestas invernales, Old Town se engalana con velitas y sus calles se llenan de gente que viene a pasear, escuchar música en directo y pasarlo bien. Verdaderamente, merece la pena verlo. Sin embargo, la historia no se acaba aquí. El Centro Pueblo Cultural indio y el Monumento Nacional Petroglifo ofrecen una perspectiva de las antiguas costumbres y el arte indios. Las familias pueden pasar un buen rato en el Parque Biológico de Albuquerque, que cuenta con un zoológico, un acuario y un jardín botánico. Los que prefieran disfrutar al aire libre pueden practicar senderismo, ciclismo y golf. Cuando tenga apetito, vaya a alguno de los excelentes restaurantes que ofrecen una gran variedad de comida mexicana picante o súper picante. Y, para acabar, súbase al Teleférico de Sandia Peak y disfrute de las espectaculares vistas que ofrece la ciudad.