Friday Harbor, es una tranquila ciudad situada en un lugar apartado que cuenta con una gran personalidad y una historia prolífera. Siendo lo suficientemente pequeña como para recorrerla de punta a punta, este pueblecito costero de pescadores está salpicado de pintorescas casas de madera de principios de siglo, de escaparates históricos, tallas originales de las Primeras Naciones (Coast Salish) y libre total de semáforos. Pasee por el distrito histórico, visite los museos con paneles explicativos, explore el parque ribereño Port of Friday Harbor y vea la población local de orcas y ballenas desde la orilla.

Everett es una animada ciudad costera situada al norte de Seattle. Su paseo marítimo, antaño una zona altamente industrializada que albergaba una base naval y una gran fábrica de papel, ha experimentado recientemente una remodelación para convertirse en un lugar de compras, restaurantes y festividades junto al mar. Los numerosos parques de la ciudad, con conciertos gratuitos en vivo cada verano, son ideales para practicar senderismo o relajarse, mientras que la costa es reconocida por la navegación, los deportes acuáticos y las excursiones para avistar ballenas.

En Seattle, simplemente no puedes omitir la Biblioteca Pública Central, una maravilla de la arquitectura moderna de rejillas de vidrio, formas inusuales, y una “espiral de libros” que sube cuatro pisos. Podrás pasear hasta el mercado de Pike para visitar el Starbucks original y jugar a la pesca con un vendedor de pescado. En el corazón de la ciudad se encuentra Chihuly Garden and Glass, que te deslumbrará con sus obras coloridas y delicadas. Deslízate a la cima de la Space Needle para apreciar las vistas panorámicas de las montañas circundantes y Puget Sound.

A lo largo del extremo occidental del lago Erie, te espera un destino para divertirte con tu familia en Toledo, donde la ciudad se une con la costa. Disfruta del mundialmente conocido Museo de Arte de Toledo, del zoológico y el acuario de Toledo y del Imagination Station, el centro de ciencias interactivo de la ciudad. Su centro renovado ofrece vistas frente al río, lugares para escuchar música y restaurantes locales, como el famoso Tony Packo’s. Quédate un día más para explorar uno de los dieciséis parques regionales de la zona metropolitana o alienta al equipo de las Ligas Menores de Béisbol de la ciudad, los Toledo Mud Hens.

Montreal, c’est si bon! Esta ciudad de habla francesa se considera la capital cultural de Canadá y es una celebración cosmopolita del estilo de Quebec. Un paseo en carruaje tirado por caballos recorriendo las calles de piedra y los importantes edificios de Vieux-Montreal te hará sentir un poco el sabor europeo. La Basílica de Notre-Dame es una creación de vitrales, y el distrito Plateau Mont-Royal te va a deleitar con sus singulares boutiques y cafés. Zambúllete en un plato enorme de poutine y llénate de energía para un tour por el épico Olympic Park.

Conquistar Nueva York en una visita es imposible. Por eso, visita lo imperdible: el edificio Empire State, la Estatua de la Libertad, el Central Park, el Museo de Arte Metropolitano; y luego explora lo menos conocido con visitas a The Cloisters o a una de las bibliotecas de la ciudad. Disfruta de las tiendas bohemias del West Village o la fina gastronomía del Upper West Side. El bullicioso mercado de la estación Grand Central te da un sabor literal de lo mejor que la ciudad tiene para ofrecer.

Lahaina, la antigua capital de Hawái, era el centro del comercio mundial ballenero, y su Distrito Histórico forma parte de los hitos históricos nacionales de Estados Unidos. Las fiestas tradicionales hawaianas o luaus, las lecciones de surf o los recorridos en caballo son muy divertidos, pero seamos realistas: no estarías en Hawái si no te gustara ir a la playa. No te pierdas la playa de Kaanapali, una de las mejores de Maui.

Esta ciudad multicultural llena de contrastes, que cuenta con casi 1,3 millones de habitantes, ofrece mucho más que la visita obligada al Canal. Los poblados de chabolas se agolpan junto a deslumbrantes torres de apartamentos. El casco antiguo de la ciudad es un pintoresco laberinto de iglesias, plazas y palacios. A 25 km del centro de la ciudad encontramos el Parque Nacional Soberanía, el lugar perfecto para hacer excursionismo y observar aves. Para disfrutar de vistas inmejorables sobre el Canal, tome un taxi o autobús hasta el Centro de Visitantes de Miraflores y no se pierda el tráfico naval.

Haz de la ciudad portuaria de Iquitos tu campamento base para explorar la cuenca amazónica peruana. Como es natural, el río y la selva constituyen las principales atracciones. Una vez en Iquitos podrás reservar fácilmente una estancia en alguno de los numerosos alojamientos cercanos a la selva. Más cerca de la ciudad, los viajeros recomiendan visitar el mercado y la "ciudad flotante" de Belén, ver las coloridas criaturas de la granja de mariposas y un centro de rescate de animales, así como realizar un crucero por el gran río.