Las universidades aportan a la segunda ciudad más grande de Austria ese animado ritmo de vida. Sus palacios barrocos generan un agradable contraste con los patios del siglo XVI y sus provocativos edificios modernos. El casco antiguo, patrimonio de la humanidad por la UNESCO, está lleno de exquisita arquitectura, incluyendo el complejo del castillo Burg con su doble escalera gótica, y la torre reloj Uhrturm. Un funicular lleva a los visitantes a lo alto. El río Mur pasa por la ciudad y en el campo hay fuentes termales diseminadas.

Autoproclamada una de las ciudades más agradables de Dinamarca, no hay duda de que Kolding se muestra acogedora; sus calles bordeadas de banderas rojas danesas parecen estar saludando constantemente. Un castillo medieval destaca por encima de animados parques repletos de flores y plantas medicinales. Las familias valorarán SlotssøBadet los días de buen tiempo, un parque acuático extraordinario en el que mayores y pequeños se lo pasarán en grande.

La resistente Swansea, lugar de nacimiento del poeta Dylan Thomas y la segunda ciudad más grande de Gales, ofrece unos cuantos frondosos parques y algunos impresionantes centros culturales, entre ellos el nuevo National Waterfront Museum y el famoso centro Dylan Thomas Centre. Reconstruida después de la II Guerra Mundial, la ciudad moderna de 230.000 ofrece unas bonitas vistas a la bahía de Swansea y a la pinturesca península Gower, de 25 kms de largo, con su abundante fauna y flora, sus piedras prehistóricas, exagerados precipicios y preciosas playas.