Merece la pena desde luego su visita pues se conserva tal y como la diseñó su antiguo propietario Yves Saint Laurent y lugar donde descansan sus restos. Jardines bañados de múltiples colores te hacen transportar al cine clásico. Cuanto más temprano vayas mejor ya que sobre las 10:30 comienzan las colas que bajo el sol te desesperan.