Estuvimos durante el puente de noviembre en este hotel y la verdad es que resultó ser una muy agradable sorpresa.
Fuimos una familia con un bebé y un niño de 7 años y nos alojaron en una habitación de la segunda planta (la 301). La habitación era bastante amplia (disponía de un saloncito independiente del dormitorio, lo cual era de agradecer para poder ver la tele sin que se despertase el bebé) y tenía una terraza con unas bonitas vistas (la pena es que no hacía tan buen tiempo como para disfrutar de ella).
La atención del personal fue de 10, todo amabilidad y siempre dispuestas a ayudar.
Dispone de aparcamiento gratuito. Hay que tener cuidado al acceder dado que se trata de una rampa bastante pronunciada pero no tiene ninguna complicación.
tienes tres opciones de desayuno, el cual se paga aparte. Por comodidad al ir con los niños preferimos desayunar en el propio hotel.
Como única pega decir que el ascensor no llega hasta la segunda planta, teníamos que bajarnos en la primera y subir las escaleras con el carro del bebé y las maletas (aunque esto último fue solo al llegar y al marcharnos).
Está a solo 15 minutos en coche del centro de Coruña lo cual está muy bien.
Una muy interesante opción para alojarse.