Dormimos en una suite maravillosa, muy acogedora, con comedor, balcón y vista a los sembríos. La cama era grande y el colchón era perfecto, el baño completamente remodelado, y todos los espacios interiores de la hacienda impecables. Nunca entendí cómo logran mantener así un lugar tan grande y antiguo. La hacienda tiene aproximadamente 300 años y en su jardín encontrarás un Ciprés que tiene más o menos la misma edad. En ese jardín Julio Ramón Ribeyro escribió el libro "Silvio en el Rosedal". Además de ofrecer servicio de restaurante, donde casi todo es cocinado con ingredientes provenientes de sus cosechas y animales, y con la técnica de slow food, casera y natural. Entre otros servicios, cuentan con una galería de arte, donde exponen artistas locales y extranjeros, un cuarto de terapia donde ofrecen servicio de masajes, reiki, terapia holística, y servicios de tours por la zona.