Sin servicio, malos modos, comida normalucha y sin sentido.
Llegamos a las 3 despues de hacer la ruta del agua.
Comimos a las 5 menos veinte.
Habia mucha gente, cierto....pero se nos colaron personas en la cola pork eran amigas de "alguien". Con una mesa libre desde las 4 de la tarde y sin nadie mas por delante ( bueno si,una mesa de 6 h otra de 8, que no entraban en una esquina con 3 sillas)no nos sentaron hasta 40 minutos despues y todo porque la supuesta "jefa de sala" estaba poniendo cafes pork no habia personal y después con un niño pequeño en brazos, a la vez que criticaba que su suegra por no hacer nada (vaya digno de alvarez quintero)
No nos dejaban pedir tsmpoco en la barra...no se aun porque....
Nos sirvieron mal y tarde, unas croquetas buenas, si...pero muy frias y una presa que mas que presa era secreto de la grasa que tenia.
Pars culminar, nos meten en la cuenta un cubata porque si....
Vaya en resumidas cuenta....hacer la ruta que es bonita....perooooo llevarse bocatas para comer en los refugios que hay y si vais añ menos reservar

Si quieres ver como muchos de los niños de algunos clientes pegan patadas a los animales, cogen a las gallinas e intentan desplumarlas, además de diferentes maltratos, mientras que el personal del restaurante se queda impasible incluso cuando decidimos pedir que guardaran a las pobres aves, es tu sitio. Además, muchos perros se encuentran encerrados en un pequeño patio, sin embargo esos si se encuentran en buen estado, pero los que se encontraban vagabundeando entre las mesas se notaba gran dejadez en sus cuidados. También más animales, pero solo nos fuimos de allí con el corazón roto.
Hay que añadir que la comida, aunque no era horrible, se notaba precalentada sobre todo los fritos.

Desde Guillena se accede en coche a este restaurante por una carretera de tierra de casi 10 kms., muy mal conservada, con lo que la llegada se te hace un poco pesada. A pesar de ello, la cantidad de coches que ves allí ya te hace pensar que el camino ha merecido la pena. El entorno es precioso, junto a un pequeño embalse y al final del sendero de la Ruta del Agua. Conviene reservar.
Si hace buena temperatura, se puede comer fuera al sol, en plena naturaleza, escuchando gallos y animales de granja que tienen también por ahí. El servicio rápido y muy atento y la comida suficiente en cantidad y muy casera, sin muchos adornos que no hacen falta, con un sabor sensacional. Recomiendo el arroz con lo que más te guste, el nuestro fue con perdiz y nos chupamos los dedos. La relación calidad precio es excelente.

Tras recorrer un camino no muy cómodo con el coche merece la pena llegar.....
no es un servicio exquisito, pero la comida está muy pero muy bien y el lugar es de 10.
Nos hizo una temperatura ideal, día de Enero al sol. Que más se puede pedir!!!
El jabalí con tomate muy recomendable, apatece todo de la carta.
Ideal para ir con amigos y niños

Me sorprenden algunas críticas tan negativas a este restaurante en este foro. Comimos bien. No es para tirar cohetes, pero el entorno merece la pena. Del arroz para 2 comen al menos 3. Las migas con huevo muy buenas. El precio normal. No es caro, pero los 50 euros (sin postre) se te van fácil en una mesa de 2 adultos y 2 niños.