El lugar es muy bonito pero el restaurante está muy descuidado, poco limpio y mantenido, lleno de perros vagabundos que se acercaban a ti cuando estás sentado para comer y no se separaban. El problema es que dichos animales daban pena por su mal estado y temíamos a pulgas y garrapatas. La comida pasable y normal de precio. No estábamos disfrutando mientras almorzamos por la situación con los animales. Cuando lo comentamos a los camareros no dieron solución alguna. Un restaurante debe tener unas normas de higiene y limpieza y que sus clientes por lo menos coman tranquilos.
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