Después del confinamiento y con muchas ganas de encontrarnos con un grupo de amigas llamamos dos veces para asegurarnos que podíamos ir un grupo de 11 y poder tomar una copa después de cenar en la terraza. Nos dicen que si, sin ningun problema, podríamos cenar y después tomar una copa sin poder bailar en el exterior. Nos dieron mesa a las 21:30h llegamos y todo muy correcto y bien. Un chico nos atendió correctamente, tuvimos que esperar una hora a servirnos pero estabamos a gusto con lo cual no dijimos nada. Nuestra sorpresa, a les 00:15h cuando llega otra camarera diciendonos con tono amenazador que cerraban a las 23h que pidieramos los cafés y pagaramos. Se fue, volvió con la cuenta y una vez mas con tono desafiante nos dijo que no se nos ocurriera pagar por separado, entre nosotras nos sorprendió porque la cuenta subia un importe considerable y siguió con un tono de desprecio diciendonos que seguramente no habíamos ido mucho de restaurantes si no sabíamos que no se podía pagar por separado. Aquí ya, no tolerabamos más desafios y le dijimos que hiciera el favor de hablarnos con respeto y con un intento de disculparse se quitó la mascarilla para enseñarnos su boca con aparatos, diciendo que era dificil hablar con mascarilla y brackets. Pidimos la hoja de reclamaciones que se negó a darnos justificando que estaba todo cerrado. El primer camarero intervino con el intento de disculpar lo ocurrido mientras la camarera que nos recordó que tenia 50 años y era mayor que nosotras seguia desafiandonos. Obviamente no volveremos y si esta señora sigue allí os recomiendo que no vayais.