Hotel es confortable, no es lujoso pero acogedor, sobre todo para estar en familia, en especial la atención muy buena, te hacen sentir en casa. Es muy lindo y moderno, nos recibió el administradora Diana y su esposo Vladimir ambos muy amables y pendientes de todo, desayunos y la comida espectacular, las habitaciones muy lindas y bien decoradas En general me encanto todo, la comida, sus piscos sour, el personal, con ganas de volver.

Estuvimos mi esposo, mi hijo y mi suegra. La mala experiencia para todos comenzo desde que llegamos, las detallo:
1. Llegas a Punta Veleros-Los Organos en Piura y este hotel La Perla es el unico hotel que tiene todo cercado con un muro que parece un fortin, las puertas de ingreso siempre estan complemente cerradas, para lo cual cada vez que deseabamos ingresar tocabamos el timbre y esperabamos varios minutos hasta que alguien nos abriera la puerta.
2. Nos recibieron sin siquiera saludarte o darnos las bienvenida, el dueño del hotel es un ruso y todos sus familiares tambien rusos son los que atienden, a excepción de una hija el resto tiene un español muy pobre y se expresan de manera muy hosca.
3. Cuando hicimos la reserva de dos habitaciones (una doble y una matrimonial) nos enviaron un correo asegurandonos que el check in se hacia al mediodía, llegamos a las 12:15 y las habitaciones no estaban listas, nos hicieron esperar casi media hora y las habitaciones que nos asignaron estaban alejadas una de la otra. Por lo que observamos este hotel no tiene habitaciones uniformes las han construido o las han habilitado donde les ha dado el espacio.
4. Los baños tenían muy poca ventilación externa y las toallas eran muy chicas parecen toallas de mano y los jabones delgados y sin espuma. El agua caliente no existió en ninguna de las 2 habitaciones.
5. Las piscinas estaban totalmente turbias, salimos con el pelo tieso, deberían cambiar el letrero de duchese antes de ingresar por el duchese después de ingresar.
6. En la noche salimos a cenar fuera y regresamos a la 1:15 am, cuando después de varios minutos un “ruso” nos abrió la puerta nos increpó casi gritándonos que ellos solo abren la puerta hasta la media noche, y en la mañana la abren desde las 7a.m. En realidad esto si fue de ripley, nos dimos cuenta que no habíamos pagado por un hotel sino por un internado militar.
7. El desayuno continental que viene incluido en la tarifa es solo un café aguado, una familia sentada al lado nuestro les solicito el cambio del café por leche, té o manzanilla para sus 2 menores hijos y una rusa muy malcriada le dijo que eso no se cambiaba y que si quería leche costaba S/3 soles. Nosotros pedimos también una taza de leche, que la sirvieron preparada y por supuesto era más agua que leche.
8. Con todo esto por supuesto solo nos quedamos una noche, y tuvimos que exigir nuestra boleta/factura. Y la familia que tuvo el problema en el desayuno se retiraron el mismo día muy molestos y nos contaron que ellos “osaron” tocar el timbre mas de una vez y fueron gritados al ingresar porque el timbre les dijeron solo se toca una vez y debes esperar hasta que abran.
LAS PERSONAS QUE ATIENDEN ESTE HOTEL NO TIENEN LA MAS MINIMA CORTESIA CON EL CLIENTE Y SU FILOSOFIA ES LA DE OFRECERTE LO MAS POBRE CALIDAD AL PRECIO MAS CARO.

Lindo el hotel, sobretodo limpio, amplias habitaciones, bonito decorado, varias terrazas, con áreas verdes bien cuidadas, y la vista desde el comedor es preciosa!!
Diana, la administradora siempre preguntandonos si estábamos bien o necesitábamos algo.