La comunidad de la Esperanza fue muy cálida y atenta con todos nosotros. El sitio donde se ubican las Chozas está rodeado por naturaleza, una vista espectacular de las montañas y la vida del pueblo. La choza, construida con barro y paja como las casas aledañas, es muy cómoda, aseada e interesante para experimentar un asentamiento rural típico de la zona. Se pueden hacer cabalgatas y caminatas de distintos niveles de dificultad y de duración. Vale la pena explorar todo el pueblo y ver los sembríos, la quesera, la iglesia y, en general, el día a día de los habitantes de la Esperanza. La comida que nos prepararon en el restaurante del hospedaje estuvo deliciosa, casera y elaborada con los ingredientes locales. Recomendaciones: llevar zapatos impermeables y un abrigo impermeable porque llueve frecuentemente. La subida a la comunidad requiere de un auto que pueda circular en terrenos inclinados, pues tiene cuestas pronunciadas.Más
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