El lugar está súper pequeño, imaginábamos que sería más grande por la publicidad que hacen. Sobrellenan demasiado el lugar y la "supuesta barra libre" fueron únicamente 5 "bebidas" (más refresco que alcohol) porque cuando fuimos a la barra a solicitar otra nos dijeron que ya solo tenían refresco.
No se puede ni transitar de lo mucho que llenan el lugar por lo que ir al baño y a la barra por bebidas es imposible, además de que aunque pagues los $2,400 de Gold member no verás nada porque ponen un escenario para que estén chicas paradas haciendo nada.
Iba con la expectativa muy alta y me decepcionó de sobremanera, el show está bueno, pero se siente como una disco que se quedó atrapada en los 90's con la selección de música.
Los meseros prepotentes y groseros, además de que se la pasan empujandote para barrer.
No volvería a ir.