Fue una reserva decidida de último minuto, por las ventajas de desayuno y estacionamiento incluidos. Felizmente hemos encontrado disponibilidad, apesar de tener pocas habitaciones.

El hotel se ubica en una zona alejada del puerto, que es la parte turística. Pero Victoria es pequeña y en carro uno se desplaza fácilmente, además que la ubicación del hotel proporciona una bonita vista durante el día.

El hecho que pertenece a una cervecería lo hace bastante único y atractivo. El check-in se hace en la barra y fue práctico. En segundos ya teníamos nuestra llave y fuimos acompañados a la habitación, que se ubica en una casa separada del edificio principal. Como es de esperarse en un B&B, teníamos un dormitorio dentro de una vivienda, con baño propio.

La casa es antigua, pero bien mantenida. Incluyen bastante información de qué hacer en la ciudad y alberga una chimenea a gas. El baño es grande y tiene la tina en el medio.

El destaque está para el desayuno, en el mismo pub con hermosa vista a la baía. Te sirven un sólo plato, pero es muy contundente, además de tener excelente calidad, por lo mismo que es cuidadosamente preparado a la carta.

Un punto que mejorar sería la atención, que definitivamente no tenía calidez.

Recomendamos la guesthouse Spinnakers, que tiene excelentes tarifas y servicios incluidos.