Necesitábamos un descanso y este hotel era la respuesta con creces. A partir del momento en que llegamos hasta que Michael, el director, nos colocó en nuestro taxi completos de cafés. ¡que propiedad tan encantadora!... la habitación era tan encantadora, la lencería suave y linda. El desayuno era hermoso y lujoso cada mañana, y el vino y el queso después de un día completo de compras a unos pasos de la puerta principal en el casco antiguo de Montreal... Seguro que regresaremos!!!... Pensemos que ahora esto será una tradición anual para nosotros...romántica... y no podemos decir bastante sobre el personal, Michael por vivir con pasion su profesion y demostrarlo con tanta cordialidad de principio a fin, Ricardo y Marisel quienes mantuvieron siempre muy fresca nuestra habitacion... todos eran asombrosos… ¡Gracias por un descanso muy necesario... estamos listos para el mundo real otra vez!

Antes de realizar este viaje en julio 2012 acostumbro a investigar minuciosamente cada uno de los hoteles en el destino, comparar precios, localización en fin una investigación completa por que en las vacaciones vas a disfrutar y a pasarla bien. Pues estén atentos a esta critica porque hablo exclusivamente de mi experiencia y no me gustaría que le pasara lo mismo que a mi.
Acostumbro buscar hoteles con encanto porque tienen una atención mas personal. Siempre observo las fotos porque te da una idea bastante clara de lo que debe ser. Para mi sorpresa y es la primera vez que me sucede las fotos y la realidad eran dos mundos diferentes. Al llegar al hotel te encuentras una fachada sucia y descuidada. Las calle con pestilencia. Cuando entras al hotel que ni siquiera tiene lobby te encuentras que una sola persona esta haciendo todo te entrega las llaves mientras habla por el teléfono mientras otros huéspedes esperan. El servicio fatal. Pero la apariencia del lugar deja mucho que desear es un hotel viejo mal conservado que lo catalogan de boutique pero esta totalmente alejado del concepto. La decoración es absurda necesita una renovación completa desde el personal hasta la infraestructura. En cada uno de los pisos tienen puertas viejas y diferentes, lamparas de mal gusto.
Cuando llegue a mi cuarto esperaba algo mejor pero nada que ver todo era el mismo panorama. Mi esposo acostumbra hacer ejercicio y cuando se hizo la reserva decía que tenia gimnasio cuando preguntamos no era ahí mi esposo tenia que salir del hotel hasta el Nelligan que es del mismo dueño para poder utilizarlo. este hotel es mucho mas bonito y económico que este. En algunos pisos tienes que subir tu equipaje por las escaleras no hay acceso para impedidos.

En cuanto al desayuno incluido es una barra restaurante llamada gaspar las elecciones son limitadas pero es adecuado. La calidad de los ingredientes son regular y el servicio sumamente lento.

La calidad relación precio es mala porque es un hotel bastante caro para que le falten el respeto a los viajeros de esa forma. Mi recomendación es busca otro hotel porque yo estuve dos noches y sin duda no lo repetiré.