Estuvimos dos noches en este fantástico hotel.
Tiene parking propio aunque un poco más caro que otro que hay justo delante. Eso sí, en uno te aparcan el coche, en el otro te lo aparcas tú, eso ya cada cual lo valora en su justa medida.
El trato en la recepción fue fantástico, de hecho, nos regalaron el wifi en la habitación (es de pago, aunque en el hall creo que es gratuito).
Nos alijamos en la planta 26. Las vistas, espectaculares, la habitación, enorme y muy limpia. La cama, comodísima y muy grande.
El hotel es bastante céntrico, está en la calle donde puedes encontrar infinidad de restaurantes, museos, tiendas, el parque queda muy cerca, desde donde contemplar unas vistas espectaculares de la ciudad. También está muy cerca el metro y, si bien, no lo cogimos porque fuimos en coche, te hará falta si quieres visitar, por ejemplo, la ciudad olímpica.
Sin duda, repetiría.