Quedamos gratamente impresionados con la atención, el estilo del hotel, la vista a los nevados desde cualquier punto del hotel. Las habitaciones súper cómodas y con muy buena vista. Cada detalle muy bien pensado. A mis hijos les encantó la noche de pizza ya que ellos mismos podían elegir y colocar los ingredientes; los abuelos disfrutaron el encontrar libros y leer junto a la chimenea. Muy bien pensado el incluir desayuno y cena. Realmente acogedor.