Una maravilla de hotel, todo cuidado al detalle, la recepción es maravillosa, un lugar donde apetece estar y pasar tiempo.... con espacios preciosos, máquinas de videojuegos retro, futbolines ...
La habitación con balcón que teníamos era una pasada, con vistas a la torre eiffel!!, increíble dormir viendo la torre eiffel iluminada.
El desayuno excelente aunque eché de menos algo más de queso francés y vino ...
La terraza de arriba es posiblemente uno de los mejores lugares de París donde tomar algo, hay mucho ambiente, música ... y unas vistas de la ciudad y la torre eiffel que son maravillosas.
El hotel admite perros, algo que nos encanta y nos apasiona!.
Volveremos sin duda, este hotel nos ha encantado .