Fuimos a comer aquí por recomendación de mi hermano, que vive en la zona, y no pudo haber elegido mejor.
Hacía tiempo que no comía una hamburguesa tan buena!
Lo primero, el sitio está genial situado y decorado con gusto (nos recordaba mucho a un restaurante donde trabajamos mi marido y yo en Londres). La camarera que nos atendió, Nerea, fue muy simpática y amable, al recomendarnos (sobre todo a mi, que andaba indecisa e hice muchas preguntas!) ingredientes y posibles combinaciones. Finalmente, pedí una hamburguesa al punto más (algo más hecha) que vino cocinada a la perfección, con pan rústico (bueniiiisimo) con bacon y queso de cabra. Aún se me hace la boca agua al recordar lo buenísima que estaba! Las patatas estaban riquisimas,pedimos las sweet potatos, normales y paprika. Mis acompañantes también quedaron súper contentos con sus hamburguesas(barbacoa y la de trufa), que pidieron con pan brioche. De postre, pedimos un brownie, que llevaba unas galletas de mantequilla muy sabrosas.
Calidad precio muy buena. Unos 16€ por persona 3hamburguesas, cada una con sus patatas y bebida, y postre a compartir. Lo recomiendo sin dudas, y volveremos cuando vayamos a Sevilla de nuevo, por supuesto!!