Acudí con mi pareja a comer.
Pregunté si podríamos hacerlo en la terraza y el sr.que estaba en la barra respondió que en esa terraza siempre se estaba mal. Si hace un poco de viento te quedas helado y si hace sol te cueces, me comentó. Pensé "vaya manera de publicitar la terraza...". No obstante pasamos a ella y se estaba muy agradable. Consultamos con otro segundo camarero y accedió amablemente a montarnos la mesa en la terraza.
Pedimos dos platos de la carta para compartir. Mientras tomábamos el segundo, mi pareja pidió otra cerveza que nunca llegó a la mesa. Tampoco ningún camarero apareció media hora después de haber acabado la comida. Ni para ofrecer postre,café...no se acercó nadie ni para pedir la cuenta.
Nos levantamos, pagamos en la barra y nos fuimos con la sensación de ser invisibles.
Una pena que una institución como el yumay pierda clientes de esta manera.
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