En principio si vas a tomar el menú del día, no te dejan estar en las mesas exteriores, porque tal y como están los tiempos "hay que hacer caja" y hay que comer a la carta. Bien. Pues comemos a la carta. Unos precios muy abusivos y un material de tercera calidad. Un platito de jamón 28 euros, pero el jamón estaba cortado de hacía una semana. El pan seco y recalentado. Los chipirones muy aceitosos.
Eso sí, el personal muy amable y atento.
La Barceloneta es mi barrio y en muchas ocasiones había visitado éste lugar pero, a partir de ahora, no volveré a pisarlo.
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