El emplazamiento es inmejorable: frente al obelisco, al lado del Kiosko Alfonso, pleno corazón de la city. Tiene muchos años, pero está completamente remodelado y con mucho gusto. Las habitaciones son amplias, bien amuebladas, con camas y ropas confortables, un buen baño y perfectamente aisladas y climatizadas. Los desayunos son espléndidos, abundantes y variados. El personal muy amable y eficiente. Puede que sea el mejor hotel de A Coruña y a un precio más que competitivo.