Un hotel con una ubicación excepcional, frente a la tradicional Plaza de España (donde está el monumento al Quijote de la Mancha), cerca de la estación de Metro del mismo nombre, a una cuadra de la Gran Vía, a pocos minutos del Palacio Real y a distancia razonable caminando de la Puerta del Sol.
Nos tocó una habitación que parecía haber sido remodelada recientemente, muy cómoda, con kitchenette (que utilizamos en una ocasión, muy útil), doble ventana (para aminorar el ruido exterior) y una cama king de buena calidad. El personal, muy amable, estuvo atento a resolver nuestras dudas y además nos ayudó muy gentilmente cuando debimos resolver un problema derivado de una contingencia meteorológica habiendo hecho ya el check out.
No optamos por el servicio de desayuno, por temas netamente de horario, así es que no puedo evaluar ese ítem.
Lo que sí puedo decir es que la reserva (a un valor que consideramos muy razonable) la hicimos con varias semanas de anticipación, con pago al llegar al hotel, y el precio fue respetado perfectamente, lo que es una gran señal de seriedad.
Volvería sin dudar a hospedarme en este hotel, por su comodidad, su ubicación y su muy buen precio.