Habitaciones muy muy normales, con algún desperfecto incluso en mobiliario, wc, moqueta…
Desayuno servido en el bar de al lado, pero con falta de espacio, preparos, muy escaso, el fiambre puesto en tupper que tenías que abrir y manipular el recipiente y si faltaba de algo había que andar pidiéndolo en vez de reponerlo directamente.
Nuestra sorpresa fue que el ascensor nos subió a la planta 9 y no tiene nada que ver esa zona pues se ve que está reformado, más moderno, nuevo… y nosotros habíamos reservado incluso con ellos directamente y nos dieron de las habitaciones antiguas.
El trato correcto, ubicación buena a un paso de Gran Vía.