El staff de recepción es digno de un gran hotel. Especial mención a la exquisitez y amabilidad de Javier García, que hizo que mis padres (llegados de Cantabria para mi matrimonio), muy mayores, y en el qué será, probablemente, su último viaje a Madrid, disfrutaran de la mejor habitación del Pestana con unas vistas maravillosas. La profesionalidad y atenciones de Rubén Jiménez, en fin, todo el staff de recepción. Gracias, un millón de gracias.
El hotel es precioso y decorado con gran gusto. La habitación, muy bonita, cómoda y perfectamente insonorizada.
El desayuno y la cocina, no están a la altura de la calidad del hotel.