El sitio está decorado de manera espectacular, pero demasiado masificado, y eso teniendo en cuenta que estamos en plena segunda ola de COVID-19 no me parece del todo correcto, las medidas de seguridad brillaban por su ausencia. Mesas pegadas unas a otras por centímetros, infinidad de gente paseándose por el restaurante para hacerse fotos, incluso se hacían colas de gente para hacerse fotos en algunas zonas del restaurante... De locos!! Los camareros tenían que estar esquivando a la gente postureando para entregar los platos.. Así pasa, que han tardado literalmente una hora en empezar a traernos los platos de comida, nos ha parecido un caos. Es cierto que los camareros nos han pedido mil disculpas y hasta nos han acabado invitando a un cóctel por las molestias ocasionadas, pero aún así el servicio nos ha parecido deficiente, creo que había poco personal para lo “petado” que estaba el local. La comida no es muy allá y no hay mucha variedad, más bien es un sitio para ir a tomar algo, un cóctel o picoteo tonto. Es decir, el sitio está bien si lo que quieres es posturear y subir la fotito a las redes sociales, pero si buscas un restaurante para comer bien este no es tu sitio.