Para empezae resaltar las minuciosas medidas anticovid del restaurante: desinfeccion en la puerta, toma de temperatura, pantallas separando las mesas, cubiertos individuales en bolsas al igual que el pan...
De entrantes hubo fue y patatas revolconas ambas cortesía de la casa. Después pedimos barandada de bacalao, altamente recomendable y buey a la piedra. Los dos platos extraordinarios.
Al finalizar nos invitaron a un chupito y algo de dulce. El personal muy atento.
Repetiremos

Muy bien todo. Comida excelente y trato amable y atento por parte del personal.
Pensábamos durante la comida que íbamos a tener lío al final por no haber borrado la reserva efectuada por parte del restaurante y todo lo contrario. Todo fue sobre ruedas. Mesa estupenda, servicio extraordinario, comida excelente. Repetiremos.

Conozco este restaurante desde hace muchos años. Tanto la comida como el trato a los clientes son exquisitos. Allí puedes ir a comer con amigos y mantener una agradable tertulia, que nunca van a meterte prisa o ponerte mala cara.

Pero ahora con la pandemia y desde su reapertura, se han superado!!. Debe ser el restaurante mas protegido contra el Covid de toda España!.

Para poder entrar te toman la temperatura, debes usar el gel hidroalcohólico y por supuesto, llevar mascarilla. Te proporcionan un gel para tejidos otro para cubiertos aunque estos vienen embolsados y desinfectados y si algo te falta, te lo proporcionan sin que lo toquen con las manos, ventilación adecuada a la situación y distancia entre las mesas, además del uso de mamparas de cristal transparente de forma que no agobia a los comensales .!la verdad es que uno se siente muy seguro en este lugar. En una palabra ¡para quitarse el sombrero!.

Una comida excelente, la carne estaba buenísima al igual que los primeros.
Además, muy buenas mediados contra en corona virus.

Estuve hace 3 semanas en este restaurante en una comida entre amigos con niños.
Nos sentimos muy seguros, con las medias higiénicas y la distancia entre mesas.
A los niños les trataron estupendamente, y los mayores pudimos comer tranquilos.
La comida es tradicional castellana, con buena materia prima y cocinado con mimo. De entrante tomamos unas alcachofas buenísimas, unas setas más ricas todavía y además unas patatas revolconas por cortesía del restaurante.
Yo tomé unos callos espectaculares, que no me pude terminar y me los pusieron para llevar. Mis acompañantes se decantaron por rabo de toro y carne roja.
Para los postres no nos quedó sitio, tendremos que volver para probarlos.
Restaurante muy recomendable.