Acabamos de salir de Bellagina y nos hemos sentido tan decepcionados que no podemos evitar escribir este comentario.
No todo es malo y empiezo por los puntos positivos: tiene una terraza con buenas vistas y la pizza parecía tener muy buena pinta, pero desgraciadamente queríamos probar pasta casera e italiana.
Antes de continuar con los aspectos negativos, querría aclarar que somos unos apasionados de la pasta, ya que tenemos incluso una máquina de pasta en casa y una vez por semana nos hacemos diferentes recetas, con diferentes rellenos y salsas.
Pedimos dos platos de pasta, tortellini rellenos de espinacas y ricotta con “fungi”. El relleno, realmente no tenía un sabor muy reconocible a espinacas ni ricotta. Pero lo peor sin duda, fue la salsa, en ningún momento en la carta aparecía que llegaría con una salsa de nata, mal ligada, de color rojo (aún no sabemos lo que era) y con trozos de fungi. Venimos de país vasco, sabemos a que sabe el hongo y ese hongo, era incomible, nos lo dejamos por completo y el camarero al ver el plato lleno de salsa y todos los trozos de hongos ni preguntó si no nos había gustado.
La mesa de al lado había pedido penne arrabiata, tenía mucha mejor pinta, quizás si alguien se anima a ir a pesar del comentario negativo, esa seria una buena elección a parte de las pizzas.
Posteriormente pedimos dos cafés, de buen sabor como casi cualquiera en italia.
Cuando nos llego la cuenta, nos sorprendemos al ver que nos habían cobrado una botella de agua de 2.5 euros, cuando era agua del grifo y su explicación fue: la paso por un filtro, así que te la cobro.
Una vergüenza, hay mil sitios mejores los cuales su comida es de calidad realmente y además mucho más bonitos. El sitio no estaba precisamente muy limpio y la cocina no estaba nada ordenada ni limpia. En general, parece mejor por fuera de lo que realmente es.