El hotel está en la zona alta de Taormina y, tanto desde las habitaciones con vistas (nos dieron una en el sexto piso) como desde la terraza que hay en el piso superior, el paisaje es digno de admirar (la habitación en la que nos alojamos, dispone de balcón, no de terraza, pero es suficiente para disfrutar del entorno).
Está a un paso del centro peatonal que permite recorrer a pie todo Taormina y, a pesar de ello, los vehículos pueden llegar hasta la entrada, mientras que en otros alojamientos ha de accederse andando con las maletas. Tampoco está lejos el funicular que conduce a la zona de playas y, aunque se puede bajar y subir andando, el trayecto es cansado, sobre todo con el calor de agosto.
Nuestra habitación era grande, silenciosa y cómoda: colchón y armarios amplios, servicio gratuito de caja fuerte y de cafetera o hervidor para té. El baño un poco pequeño, pero con amenities suficientes y constantemente repuestas; albornoces y zapatillas a disposición. Buen servicio de limpieza de habitaciones.
El desayuno bueno, pero sin excesiva variedad. Wifi gratuita que funciona bien.
Se puede acceder gratis al spa (no tuvimos tiempo de disfrutarlo) y a un pequeño gimnasio. También disponen de piscina, con vistas al mar y cómodas tumbonas. A pesar de que es pequeña resulta acogedora. No tuvimos problema alguno para encontrar sitio las dos veces que acudimos.
El personal muy atento y diligente.Más
- Wi-Fi gratis
- Restaurante
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